La pintura electrostática adquiere una carga eléctrica en nuestro equipo de aplicación y se adhiere a la pieza para posteriormente pasar por un horno de curado que le da el anclaje final.
Es una lavadora de 5 etapas donde las piezas pasan por los procesos que el cliente decida. Se desengrasan las piezas y dependiendo de los requisitos se fosfatiza y/o se aplica un inhibidor de corrosión para que las piezas puedan ser almacenadas hasta 30 días bajo techo.
La pintura se encuentra en forma líquida en una tina. Las piezas se sumergen y adquieren la pintura a lo largo de toda su superficie, garantizando una uniformidad en toda la pieza.
Se cuenta con dos máquinas de despintado que funcionan en base a arena sílica. Se inyecta aire formando así un lecho fluidizado a una temperatura de 450°C. Las piezas introducidas en una canastilla son limpiadas en un ciclo de una hora. Este proceso permite la limpieza de ganchos de colgado del proceso de pintura, así como la recuperación de piezas metálicas contaminadas de producto orgánico, plástico, poliuretano, etc. Su capacidad es de 3 metros cúbicos y las piezas pueden ser de 80cm ancho, por 100 cm de alto, y 280 cm de largo.